El Movimiento Humanista se caracteriza por conceptuar al Hombre como un todo, único e irrepetible, inserto él y sus circunstancias en una sociedad con la que son mutuamente interdependientes. Y es en esta línea en la que se inscribe la Terapia Gestalt.
¿Qué es la Terapia Gestalt?
Como decía su creador, Frederick S. Perls, la terapia es demasiado beneficiosa para reservarla sólo a los enfermos. Quienes trabajamos en ella la consideramos más bien como un camino de crecimiento que inicia una persona que no es “un enfermo” sino alguien que busca mejorar su calidad de vida.
El auge de las diferentes corrientes psicológicas coincide con épocas históricas que representan la realidad social de ese entonces y las necesidades y objetivos del hombre de esa época. Así, la psicología como ciencia con claras raíces en la Filosofía, comenzó a perfilarse como tal en la segunda mitad del siglo XIX y fue con Sigmund Freud con quien pasó de un campo exclusivamente fisiológico a un campo de revisión del individuo: de la inspección en la biología se pasó a la inspección en la biografía. De esta manera, el Psicoanálisis produce un cambio en el saber y hacer clínicos de la psicología de aquel entonces, período en el cual coexistía con el Conductismo. Al mismo tiempo que éstas dos corrientes seguían evolucionando, surge una tercera: el Movimiento Humanista en un intento de rescatar al hombre de una visión centrada en lo patológico y /o mecanicista.
La palabra Gestalt, de origen alemán y sin una traducción exacta al español, podría definirse como “configuración” o también como “un todo organizado” que se percibe como un conjunto integrado y con sentido y no como una “suma de partes”.
Somos seres que tendemos a la integración y al equilibrio. Cuando esto no se consigue, sobreviene el malestar porque tratamos de volver al equilibrio con mecanismos equivocados. Muchas enfermedades de las llamadas psicosomáticas (el stress, las adicciones, los trastornos por ansiedad, la patología alimentaria y otras dolencias) conforman la larga lista de males de nuestros días y son la queja que nos hacemos a nosotros mismos para mejorar nuestra calidad de vida.
Si enfocar es dirigir nuestra atención sobre algo, no de una manera casual sino intencional, y si consideramos a la Terapia Gestalt como una filosofía de vida, y no sólo como una teoría y una técnica terapéuticas, entonces tiene sentido que hablemos de un Enfoque Gestáltico.
Utilizar el concepto de Enfoque Gestáltico es mucho más abarcador que el de Terapia Gestalt, ya que, de hecho, la incluye. Y como la Terapia Gestalt ya ha trascendido el campo terapéutico para ser utilizada en educación, arte, empresas y todas aquellas tareas referidas a personas y grupos, muchas veces utilizaremos el concepto de Enfoque Gestáltico.
Trabajar en el Darse Cuenta a nivel corporal, emocional y conductual, atentos a la Figura que emerge del Fondo para ser resuelta, siempre focalizando en el Aquí y Ahora, centrados en el Desarrollo de nuestras Potencialidades y con una clara conciencia de nuestra Responsabilidad, son pilares de la Terapia Gestalt.
El terapeuta gestalt promueve un cambio de mirada, invita a una percepción con más plasticidad. Por ejemplo, si miras detenidamente la imagen, verás que pueden apreciarse dos figuras diferentes. No es muy distinto en la vida, donde dos personas pueden discutir hasta el hartazgo por defender «su verdad», cuando ambas son válidas…según la mirada de cada uno/a.
Por último señalar que un profesional con experiencia, cualquiera sea su línea, funcionará con espontaneidad, creatividad y fluidez en el encuentro con el otro. Y esto no presupone falta de solidez en la teoría, criterio en la práctica o solvencia en la técnica. Todo lo contrario: quien mejor domine la teoría, la técnica y la práctica tanto más creativo, fluido y espontáneo podrá ser en su quehacer profesional.