Desde que salí de mi tierra natal (San Sebastián) en 1978, me he dedicado a trabajar en el campo de lo social y a completar mi formación académica y profesional; las personas más vulnerables han sido el colectivo con el que más he trabajado, tanto desde el ámbito institucional (cofundando el GREC), como desde lo privado.

Todo mi quehacer profesional y personal estaba y está impregnado de la filosofía y modo de vida de la Terapia Gestalt.

Hoy, cuando superviso a los que están comenzando, no puedo menos que recordar a aquel chaval que era y agradecer a la vida (y a mi mismo, claro) esta profesión. Aquel chaval sigue con su entusiasmo vital y está dentro del adulto que ha recorrido un largo camino: no hay mejor conjunción para acompañar a otros.